lunes, 18 de enero de 2016

EN TODO DESAYUNO HUACHANO, LA SALCHICHA ES INFALTABLE

El creador, Juan Kiyan, descendiente de la isla de Okinawa, se dedicaba a la crianza de chanchos. Un buen día  tuvo la idea de elaborar salchichas, con su toque oriental por supuesto. Ese es el origen de Embutidos Kian, empresa que inició su producción en 1950.
El nombre viene de una alteración del apellido original. La culpa fue de un escribano, algo sordo, que lo consigno así en los registros de migración. Don Juan no entendía bien lo que leía, en ese entonces para él, el español era lo que para nosotros en el chino. Así que firmó y punto.
Aunque Juan ya no está, el sabor tradicional y casero se conserva gracias a su hijo Simón Kian, su esposa e hijos. Gracias a su esfuerzo y dedicación son proveedores de los restaurantes de Gastón Acurio, y participan en la feria Mistura como representantes de la salchicha huachana. También han sido reconocidos por la municipalidad de Huacho por su aporte a la gastronomía local. Además, han logrado tener  una planta especializada y con tecnología de primera que produce más de mil kilos de salchicha al mes.
Desde siempre han estado en el mercado del centro de Huacho, pero ante la creciente demanda tuvieron que abrir un nuevo local. Es pequeño, pero acogedor. Los desayunos son su especialidad. Trozos de salchicha, una tortilla especial de relleno, camote, cebollita, acompañados de café o algún jugo. Debo admitir que fue uno de los mejores desayunos de mi vida.
Su sabor ya ha traspasado fronteras. No es que exporten a otros mercados. Lo que ocurre es que algunos clientes la han llevado a otros lugares del mundo, para compartirla con sus amigos. Los Kian saben de ciudadanos de Río de Janeiro, Madrid y Nueva York que han disfrutado de un desayuno huachano.
Pero aquí no todo es salchicha, también se ofrece chicharrón de carne o de prensa, butifarras y chorizos con los que usted podrá preparar espectaculares papas rellenas, tallarines saltados, pizzas, caiguas rellenas y una infinidad de platos. Solo basta usar la imaginación.

Fuente: revista Rumbos

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